5 de junio de 2007

¿DÍA DEL MEDIO-AMBIENTE?

El ártico se deshiela

Será en otras ciudades de España y en otros países del mundo, porque aquí en València no parece que siquiera se hable de ello. El ayuntamiento de nuestra flamante y exitosa Rita Barberá no ha tenido tiempo de organizar ninguna actividad (aunque fuera volver a presentar el puñado de autobuses a biogás, que parece resolverá todos los males circulatorios que padece la ciudad….).

Hay que entenderlo, con la campaña electoral de por medio y los sucesivos festejos (además de los preparativos para la nueva, memorable y ansiada empresa, que no es otra que liberarse de una vez por todas del odiado Zapatero) no les ha dado tiempo de plantearse si merece la pena preocuparse por el medio-ambiente o no. Al fin y al cabo los ciudadanos han aprobado la gestión que han hecho hasta ahora….

He mirado con esmero la página web del Ayuntamiento (una de las peores entre los municipios españoles, por cierto…), a parte de las dificultades para recabar informaciones sobre la actividad de las concejalías, no hay ninguna referencia al día mundial del medio-ambiente, ni siquiera se menciona la efeméride!

Lamentable y bochornoso!!!

Sobretodo porque las alarmas se están disparando, el cambio climático avanza a un ritmo más elevado de lo previsto, el deshielo de los polos se acelera, según el estudio del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA). Para el 2100 el círculo polar ártico, de seguir así la tendencia, podría estar libre de hielo en la estación estival. Las consecuencias pueden ser incalculables: subida del nivel del mar, inundaciones y climas extremos, desaparición de especies, migraciones masivas hacia los climas más templados etc.

Todos seremos responsables si llega a ocurrir ese hecho catastrófico, aunque nos consolemos en dar la culpa a los EE.UU., a los países emergentes como China o India, o a no se sabe que extraño y retorcido complot…Serán culpables los administradores como Rita Barberá, con su lamentable falta de compromiso, su poca visión de las prioridades de una ciudad y la falta absoluta de sensibilidad ambiental. En una palabra, el pensamiento vacío que desgraciadamente seduce tanto y tan abultadamente a los valencianos, que crea incluso adicción, y que pagaremos muy caro en un futuro no muy lejano.

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