16 de junio de 2010

Falleras en crucero, solo 32.000€...


...Para todo lo demás, "ni un duro!". La sentencia lapidaria, con ese tono de perdonavidas que no admite réplica (falsa ilusión...) es de la Señora Barberá: ni un euro ni medio para los barrios, la caja está vacía. Amenazas dirigidas a los valencianos rehenes de la guerra particular de la Alcaldesa manirrota, aliñadas según su malacostumbre de exabruptos y llantos de cocodrilo dirigidos a la af(l)icción popular/populista que se excita y quiere sangre al sonido de la palabra Zapatero...

Eso fue hace dos semanas, consecuencia del recorte de gastos al cual se tienen que someter todas las administraciones públicas, y con más ahinco las que han derrochado recursos públicos a mansalva (en esta segunda categoría recae el Ayto de Valencia, el segundo municipio más endeudado de España después de Madrid). Más o menos al mismo tiempo la web del Ayto publicaba un expediente de contractación de un crucero de importe de 32.000€ para las falleras y corte de honor. La Falleras mayores, después de un ardiente agosto, en le cual se les presupone un esfuerzo excesivo en disfrutar del sol y de la playa...necesitan recargar las pilas, subirse a un barco el día 31 de agosto y disfrutar de una semana de crucero de gran lujo por el Mediterraneo.

Curiosa forma de apretarse el cinturón, aunque algunos saldrán a la palestra a reprocharnos que nos empeñemos en cebarnos con Las Fallas. O mejor aún, o más desternillante todavía, nos afearán que nos rasguemos las vestiduras por 32.000€. La letra pequeña, bien mirada, nos devuelve a la cruda realidad de un gobierno municipal que derrocha dineros de todos los valencianos en gastos suntuarios y perfectamente prescindibles (las falleras infantiles en el 2009 se fueron a Disneyland, suponemos que ellas también gratis total,...), en un alarde de paletismo cursi a la altura del mal gusto de una Alcaldesa provinciana y carca; mientras tanto el abandono de los barrios hace tiempo que pasó de lo anecdótico hasta convertirse en insultante, la postal descolorida de una ciudad que aguanta como puede la incapacidad manifiesta del PP.

El ocaso de una Alcadesa se mide por gestos como estos, que certifican que la realidad cotidiana de los ciudadanos no es materia de interés de quien ostenta (por menos de una año todavía...) la responsabilidad de administrar la cosa pública en beneficio de todos.

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