25 de junio de 2010

La Noche de San Juan: la tradición sepultada por el estercolero?


La noche de San Juan es la tradicional fiesta de celebración de la llegada del solsticio de verano en el emisferio norte, la noche más corta del año. El principal ritual es representado por el encendido de una hoguera, con la finalidad de dar fuerza sol, pero también como ejercicio de purificación a través del fuego. Una tradición vigente en casi todos los países, que en España se celebra en diferentes formas según la geografía: les Verbenes de sant Joan o Nit del Foc en Catalunya; las Hogueras de San Juan, en su variadas esencias, en Galicia; les Fogueres, fiesta grande de Alicante; y así en los 4 rincones de la península ibérica.

En Valencia la Verbena de San Juan se ha venido paulatinamente despojando de las connotaciones más populares y tradicionales, para convertirse en una bacanal descontrolada. Las playas de la ciudad se llenan de centenares de miles de personas, que las abarrotan y encienden sus hogueras y disfrutan del ritual de saltar por encima del fuego o de bañarse en el mar (a cada baño, un deseo). Sin embargo que dejan detrás de sí una montaña de basura y de restos de tipo que las vuelve inservibles. Que no falten, por supuesto..., la música chabacana, los comas etílicos y la toneladas de basura (este año, por la crisi, sólo han sido 70 toneladas...). Un espectáculo poco edificante, que sigue
alimentado por la creencia equivocada que la fiesta tiene necesariamente que llevar aparajedo montañas de basura, ríos de pis y tasas alcoholicas ampliamente sobrepasadas.

El rastro de la tradición queda más que difuminado, sepultado por montañas de restos de todo tipo, que al amanecer asemejan las playas a un estercolero. Es el momento de repensar esta fiesta, así como otras que concitan gran afluencia de público (las Fallas, por ejemplo) que de sinónimo de descontrol, violencia, olor a meado, basura y alcohol se conviertan en un disfrute festivo alegre y purificador. Una noche festiva donde predominen la magia del fuego y el agua del mar, un disfrute respetuoso que se mantenga dentro de unos límites, ciudando del lugar que las acoge.

No hay comentarios: