31 de mayo de 2011

Final de trayecto?


El partido de Silvio Berlusconi ha recibido una severa lección democrática por parte de la ciudadanía italiana. En la segunda vuelta de las elecciones municipales y provinciales la gran mayoría de alcaldías y presidencias provinciales serán gobernadas por las coaliciones de centro-izquierda (frentes amplios que incluyen a muchos partidos desde el centro hacia la izquierda). Un castigo ejemplar, de históricas proporciones por haber ganado en Milán, ciudad símbolo del poder berlusconiano. Una esperanza de cambio que se extiende del norte al sur de la península, de Trieste a Cagliari, de Napoli a Torino, y así a decenas y decenas de ciudades y provincias.

En Italia se abre un nuevo tiempo, nuevas perspectivas en esta primavera que se llena de rostros sonrientes y alegres. Rostros y caras de italianos y italianas que vuelven a sentirse orgullosos de serlo, a confiar en una Italia mejor, en una política y unos politicos que trabajan por el bien colectivo, que triunfe la democracia frente al autoritarismo y a la corrupción. Podemos extraer una importante lección de los comicios italianos: es posible ganar a la derecha rancia y decadente, esa derecha que mezcla intereses privados y poder público, que expone pública y ofensivamente las vergüenzas, y que al mismo tiempo persigue la aniquilación de las estrucuturas del estado de derecho. Eso y mucho más representa el berlusconismo.

Es posible derrotar ese sistema de poder, hablando cara a cara con la ciudadanía, estando en las calles y plazas, fuera de los palacios y al margen del pasteleo y el cambio de cromos. Fomentando la participación y la implicación ciudadana en la toma de decisiones, abriendo la puerta a la transparencia y la democracia real, sin media tintas ni medias verdades. El centro-izquierda italiano parece haber comprendido que para reivindicar la democracia radical y real, hay que empezar a aplicarsela a unos mismos. Solo así seremos capaces de cambiar la política para que sea útil para transformar la realidad y la sociedad.

Confiamos en que sea solo el principio de la reconquista democrática de Italia, de la mejor Italia que hemos visto en estas últimas semana, una Italia que quiere ganar el futuro en un país en democracia. Finalmente!

1 comentario:

Óscar Pardo de la Salud. dijo...

Sin lugar a dudas es una fantástica noticia, desde luego Italia no se merece un dirigente político como este tipo, que supone toda una inmoralidad y un ejemplo de lo que nunca debiera de ser un cargo público ni político.
Un saludo amigo.